En el tiempo de Jesús, hablar de los pequeños es hablar de los oprimidos, de los deprimidos, y eso significa que debemos ser sencillos de sensatez y llenos de humildad, por ello debemos confiar en la sencillez de corazón de Dios. Sacarías nos invita a ser hombres de humildad, y nos advierte que la soberbia maltratan a Dios; Jesús fue pobre, sencillo y pacífico, nos invita a reconocer que somos conocidos por el espíritu Santo para vivir en libertad es decir en alegría y no olvidar que el Señor es fiel a sus palabras, que es bondadoso, misericordioso y rico en piedad como el salmo 144. El Señor nos hace dos invitaciones: 1: relación íntima con el padre, gracias a su sabiduría y 2. Asumir el yugo en nuestras vidas, debemos encontrar descanso al estilo de Jesús: entrega solidaridad libertad. Reconozcamos que necesitamos el corazón bondadosos de Jesús, en la relación con todos y donde desarrollamos nuestra vida, así reconocemos la grandeza, la sencillez del otro y la capacidad de aportarme para crecer integralmente; abrámonos al querer del amor de Dios padre, así seremos signos de la bondad que brota del corazón de Jesús, que esta semana podamos ser humildes y sencillos de corazón y dejemos que Dios sea Dios en cada uno de nosotros, reflexionemos sobre el salmo 144.