El Papa Francisco animó a los deportistas a vivir el deporte con pasión y alejados de la “búsqueda beneficios, antagonismos exasperados y actitudes violentas”. El Santo Padre recibió este sábado 28 de septiembre en el Vaticano a los miembros de la Federación Gimnástica de Italia con motivo de los 150 años de su institución.
El Papa recordó que “la presencia de las asociaciones deportivas en la sociedad no cumple únicamente la función de organizar la actividad deportiva. Están también llamados a formar una mentalidad que, por medio del deporte, promueva el desarrollo integral de la persona humana y la amistad social”.
“Se trata de entender y vivir la práctica deportiva no únicamente como fuente de bienestar físico, sino como ideal de vida valiente, positivo, optimista. En ese sentido, el deporte se convierte en experiencia formativa que ayuda, sobre todo, a las nuevas generaciones a cultivar los valores de la vida: el amor por la lealtad y la justicia, el gusto por la belleza y por la bondad, la búsqueda de libertad y de solidaridad”.
En su discurso, el Pontífice lamentó que “a nuestros jóvenes, el sistema del deporte se presenta a veces condicionado por lógicas del beneficio, de un antagonismo exasperado y, por desgracia, también de comportamientos violentos”.
“Son tres cosas feas”, aseguró Francisco: “el beneficio, el antagonismo exasperado y, en ocasiones, las actitudes violentas. A estas tres feas actitudes les falta una cosa: la dimensión de la pasión por el deporte”.
“Cuando el deporte pierde esa dimensión, salen esas actitudes que hacen descender el nivel del deporte. Frente a estos aspectos negativos, los dirigentes y los atletas animados por la fe cristiana, pueden testimoniar la fortaleza humanizadora del Evangelio, también en los ambientes deportivos, y asó contribuir a construir una sociedad más fraterna”.
El Papa Francisco finalizó su discurso animando a los deportistas “a vivir el deporte siempre con lealtad y san espíritu de competición, sin perder la inspiración de la pasión por el deporte”.