En una solemne ceremonia, se realizó una oración por los enfermos y se ungieron con el óleo de la Unción de los enfermos. De igual manera se presentaron los óleos catecúmenos (para el Bautizo), Crismal (Ordenación Sacerdotal y Diaconal y Confirmación) y de los Enfermos. En la Homilía, nos recuerdan que la oración y la fe es el oxígeno para nuestros enfermos, y que la iglesia es la posadera, para atender con rostro saludable, con amor y ternura a que ellos que tienen enfermedades graves y espirituales, así mismo que debemos llamar a los sacerdotes para que les de la unción ya que les pueden dar sanación o ponerlos en las manos del Señor. No podía terminar sin darle las gracias a quienes los cuidan por ser buenos samaritanos y los invitan a que los traten con ternura.
EL BUEN SAMARITANO
Los enfermos y fieles de nuestra parroquia recibieron la Unción de los enfermos.